Mi nombre es Isabel, tengo 30 años y soy hija de una persona con esquizofrenia. He sido educada con toda la dulzura del mundo, y querida, por mi padre, igual o más que otro padre que no sufriera esta enfermedad mental.

Su diagnóstico fue esquizofrenia paranoide y en casi los dos primeros años de tratamiento mi padre estuvo sedado, no era persona, entre mi madre y mi abuelo materno, lograron sacarle adelante, tuvieron que empezar de cero con él, dándole de comer, vistiéndole, sacándole a pasear como si fuera un "zombie" (disculpad pero no encontré otra expresión), todo por la medicación tan alta, mi madre ha pasado tanto con él, aguantando tantas miradas, de incomprensión y seguramente de lástima. Se ha tragado tantas lágrimas...

Mi madre es una luchadora nata, si no fuera así, no hubiera conseguido que nuestra familia permaneciera unida hasta ahora, que la separación ha sido irremediable. Este pasado 15 de enero, hicieron 32 años de casados, y ha sido el primer aniversario que pasan separados el uno del otro, es tan grande el amor que se tienen. Es tan difícil esta situación que solo el que la pasa la comprende...  Solo el pensamiento de imaginar a mi padre solo en la Residencia hace que se me parta el corazón, y no solo a mi, si no a su familia, que somos mi madre, mi marido, mi hermana y su marido, y nuestras hijas. Eso es lo que somos, somos pocos, pero le queremos un mundo,...

Después de ese brote mi padre ha estado 25 años estable, sin brote alguno. Sin dejar la medicación ni un solo día, que eso es vital para las personas con enfermedad mental. La constancia con la medicación y la rehabilitación, el apoyo familiar y el amor es muy importante. El iba a su rehabilitación en la URA, aquí en Sevilla, estuvo un tiempo trabajando de Cocinero en Proazimut, pero se cansó. Hemos sido felices mucho tiempo, mi padre es una de las personas con el corazón más grande del mundo, es un ejemplo a seguir, le queremos con todo el corazón, con toda nuestra vida, pero es muy cruel esta enfermedad, porque llega un momento en que no te permite convivir con tu familia.Y terminamos todos con el corazón roto.

Pero el tiempo pasa para todos. Y para las personas con enfermedad mental, es como si tuvieran 10 años más, hoy mi padre tiene 56 años, y la esquizofrenia está más avanzada ya que los brotes le dan más seguido, desde el año 2006 hasta ahora ha tenido 7 brotes, y la última opción, la decisión más dura de nuestras vidas ha sido tener que internarle en una residencia,  con él hay otras personas con enfermedad mental, como él.

Sé que la historia está desordenada, pero no puedo pensar lo que escribo, solo lo estoy sintiendo, porque de verdad necesito contar, que mi madre sufre depresión desde que conoció la enfermedad de mi padre hace ya 30 años, que mi padre tiene esquizofrenia y que mi hermana y yo, somos personas mentalmente sanas , nos hemos criado en un ambiente sano, donde la única diferencia que había entre las otras familias,  era que el amo de casa, eran mi padre y mi abuelo, y la que salía a por el jornal era mi madre.

Estoy orgullosa de la familia que tengo, estoy orgullosa de mis padres, por la educación que me han dado, porque por sus enfermedades, me han hecho ser una persona especial, más humana, más comprensiva...

Denunciar... se pueden denunciar muchas cosas, una de las más importantes es la lista de espera, para acceder a una Residencia concertada por la Junta, ya que nuestra familia ha estado 3 años esperando y no lo hemos logrado, al final la única solución es la privada, tengamos esperanza, en que esta situación mejore para los enfermos mentales, que son los que más dificultades tienen para acceder a este tipo de recurso, y que la Ley de la Dependencia, le dé a cada enfermo lo que hoy gracias a esta Ley se considera un Derecho.

Las noticias de los telediarios son crueles con las personas con enfermedad mental, siempre son ‘esquizofrénicos’ los que matan y hacen daño, y los etarras ¿también son ‘esquizofrénicos’?, en fin supongo que la raíz de todo es la ignorancia, que se tiene con este tipo de enfermedad...

Con mi carta solo quiero animar, a las personas con enfermedad mental, de que pueden tener una familia normal, no abandonando nunca el tratamiento que es la base de su estabilidad, y que pueden amar y enamorarse como el resto del mundo, que pueden tener hijos, que pueden formar su propia familia.

Y a las familias de los enfermos, que nunca dejen de apoyarle ni de amarle, porque son personas buenas, a las que maltrata la vida.

El apoyo de la familia es fundamental, nos necesitan mucho, para mi padre somos vitales, igual que el para nosotras, pero la vida es así... las cosas no son como queremos que sean, sino como tienen que ser...


Última modificación: viernes, 19 de febrero de 2016, 10:30