Diagrama de temas

  • General

    Las acciones contra el estigma han de basarse en la evidencia disponible, fruto de las evaluaciones realizadas, y el consenso internacional. A continuación se señalan los principios, las estrategias claves y las audiencias destinatarias que han de regir las actuaciones en este ámbito, teniendo en cuenta que son recomendaciones en continua actualización.

    Principios:

    • Liderazgo y empoderamiento “en primera persona”. Las personas con experiencia vivida de problemas de salud mental son las verdaderas impulsoras del necesario cambio social. Importancia del apoyo mutuo y del entrenamiento para ser portavoces /embajadores del cambio. Este liderazgo social también debe reflejarse dentro de los programas contra el estigma. Se precisa de una implicación directa de personas con experiencia vivida, liderando o colaborando activamente en todas las acciones que se desarrollen (desde los momentos iniciales, en las fases de diseño y planificación, manteniéndose durante la implementación, el seguimiento y la evaluación).
    • Esperanza, recuperación, dignidad. Los mensajes y las prácticas que atentan contra la dignidad de la persona fomentan el aislamiento y disminuyen la esperanza, por lo que los mensajes y las acciones deben centrarse en el enfoque de la recuperación.
    • Acciones efectivas basadas en la evidencia. Algunos países cuentan con evidencia en actividades que fomentan el contacto social, acciones de marketing social, así como de la participación de portavoces /embajadores con experiencia vivida.
    • Doble audiencia: público en general y personas con experiencia vivida. Para asegurar cambios en actitudes y comportamientos hay que contar con ambas audiencias. Los mensajes deben adaptarse al público en general para fomentar comportamientos más solidarios y no discriminatorios, para apoyar el empoderamiento de las personas con experiencia vivida y para reducir el auto-estigma.
    • Igualdad y derechos humanos. Los beneficios del cambio de comportamientos y actitudes públicas han de ser sentidos por todas las comunidades, particularmente por las personas que experimentan altos niveles de discriminación por problemas de salud mental. La vulneración de derechos contribuye a perpetuar el estigma y la discriminación. Algunos programas utilizan los derechos humanos como eje central de sus estrategias.
    • Estrategias a largo plazo. Las acciones han de encuadrarse en un programa amplio y mantenido a lo largo del tiempo.

    Estrategias clave:

    • Liderazgo de personas con experiencia vivida. Con el fin de desarrollar y apoyar el cambio de líderes y portavoces, los programas deben proporcionar tutorías y apoyo entre iguales, formación y oportunidades para relacionarse, con la finalidad de generar confianza. Estos aspectos apoyan la recuperación (amistades, inclusión en la comunidad, educación, capacitación y empleo).
    • Contacto social. Interacciones significativas y efectivas con personas que abiertamente comparten su experiencia vivida de problemas de salud mental (en actos públicos, en lugares de trabajo, en las escuelas, en los espacios formativos y también en formato virtual). Existen recomendaciones para que los contactos sociales presenciales sean efectivos y en la actualidad están surgiendo nuevas evidencias del impacto positivo de los contactos virtuales.
    • Marketing social. Acciones de publicidad, incluyendo la inversión en campañas en medios de comunicación y digitales, para garantizar los máximos niveles de cambio de actitudes y comportamientos. El marketing social puede utilizarse para “hacer ruido”, servir de “paraguas” o como plataforma para las actividades que se desarrollen a nivel local, regional y nacional. La evaluación realizada en Inglaterra ha demostrado un efecto multiplicador, cuando la persona que recordaba la campaña experimentaba contactos sociales significativos con personas con experiencia vivida, a través de acciones locales.
    • Diversidad cultural. Las campañas y eventos tienen que hacerse a medida de, y diseñadas por, determinadas audiencias específicas (por ejemplo, colectivos de personas inmigrante en zonas donde esta población es muy numerosa). Las tradiciones y los valores culturales han de tenerse en cuenta y ser abordados por miembros de esas comunidades y/o colectivos, para lograr cambios más efectivos y significativos.
    • Un "movimiento social". Un movimiento social de personas empoderadas y de grupos comunitarios de base que apoyan las campañas, contando con la participación de organizaciones de diferentes sectores, en el marco de una campaña coordinada. Se pone en valor los objetivos compartidos y la libertad para adaptar las actividades a las necesidades locales y a la cultura de las organizaciones implicadas.
    • Evaluación y orientación a resultados. La evaluación de las actividades contra el estigma es vital para asegurar que las medidas sean eficaces para reducir el estigma y la discriminación e incrementar los niveles de empoderamiento. Esto ayudará a conseguir los resultados planificados, a contar con una base de evidencias para el trabajo contra el estigma, así como a obtener apoyo para la financiación de las actividades.
    • Distintos niveles de actuación (individual, comunitario e institucional). Individuos empoderados con experiencia vivida de problemas de salud mental, entornos comunitarios que asumen esta agenda (incluyendo lugares de trabajo y entornos educativos) y estrategias de cambio a nivel institucional para garantizar mejoras duraderas en políticas y prácticas.

    Audiencias destinatarias:

    • Personas con experiencia vivida de problemas de salud mental (líderes del cambio).
    • Familiares y allegados de personas con experiencia vivida.
    • Profesionales de los servicios sanitarios y sociales destinados a la salud mental (incluyendo la atención primaria de salud).
    • Medios de comunicación (noticias, telenovelas, dramas, documentales).
    • Niños y niñas, adolescentes y profesionales de la educación (educación infantil y primaria, secundaria y universitaria).
    • Empleadores, organizaciones empresariales y sindicatos.
    • Servicios públicos (policía, sistema judicial, bomberos, otros servicios de emergencia y administraciones locales).
    • Legisladores y personal de las diferentes administraciones y/u organizaciones con capacidad para tomar decisiones.
    • Público en general.

    Estas recomendaciones se han resumido en el seno de una alianza internacional de la que forman parte distintas estrategias de lucha contra el estigma, entre ellas, Obertament (Cataluña) y 1-de-cada-4 (Andalucía). Para más información sobre la Global Anti-Stigma Alliance: http://www.time-to-change.org.uk/globalalliance

    Referencias:

    • Health Scotland (2008). Stigma: A Guidebook for Action. Tackling the discrimination, stigma and social exclusion experienced by people with mental health problems and those close to them. WHO European Region’s Mental Health.
    • European Commission and Portuguese Ministry of Health (2010). Background document for the thematic conference: “Promoting Social Inclusion and Combating Stigma for better Mental Health and Well‐being”. 8th‐9th November, Lisbon.
    • Stuart H, Arboleda-Flórez J, Sartorius N. Paradigms lost: fighting stigma and the lessons learned. Oxford (GB): Oxford University Press; 2012.
    • Claire Henderson C, Thornicroft G (Ed) Reducing stigma and discrimination: Evaluation of England’s Time to Change programme. The British Journal of Psychiatry, 2013: Vol. 202, Supplement 55.
    • Opening Minds: The Mental Health Commission of Canada’s Anti-Stigma Initiative. The Canadian Journal of Psychiatry, 2014: Vol.59, No 10, Supplement 1.

    Última modificación: martes, 23 de febrero de 2016, 13:07