ANSIEDAD

La ansiedad es un sentimiento de aprehensión o de miedo, una preocupación incontrolable y excesiva sobre gran cantidad de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que suele prolongarse más de 6 meses. La fuente del desasosiego no siempre se sabe o se reconoce, lo cual aumenta la angustia, y puede provenir de cualquier situación o pensamiento que haga sentir a la persona frustrada, furiosa o ansiosa.

El trastorno de ansiedad generalizada es el trastorno de ansiedad más frecuente en atención primaria. Afecta en torno al 5 % de la población general y es más frecuente en el sexo femenino. Su momento de aparición suele ser la edad adulta. Su curso suele ser variable, pero en general tiende a ser fluctuante y crónico, con fases de mejoría y empeoramiento que generalmente se relacionan con situaciones de estrés ambiental.

El estrés puede ser normal en la vida de toda persona y en bajos niveles es bueno, ya que motiva y puede ayudar a las personas a ser más productivas. Sin embargo, el exceso es dañino y puede predisponer a la persona a tener una salud general deficiente, al igual que enfermedades físicas y psicológicas específicas como infección, enfermedad cardiaca o depresión. Estados emocionales como aflicción o depresión y las afecciones como la tiroides demasiado activa, bajo nivel de azúcar en la sangre o un ataque cardíaco también pueden causar estrés.

Síntomas:

La ansiedad usualmente se presenta acompañada de diversos síntomas físicos. Tres o más de los siguientes van asociados a la enfermedad:

 
  • Irritabilidad
  • Inquietud o impaciencia
  • Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco
  • Fatigabilidad fácil
  • Tensión muscular
  • Dificultad para conciliar o mantener el sueño o sensación de cansancio al despertar

Otros síntomas son mareos, temblores, palpitaciones; respiración acelerada, diarrea o necesidad frecuente de orinar, problemas sexuales, dolores de cabeza, sudoración, sequedad en la boca, dificultad para deglutir o dolor abdominal.

Un/una paciente ansioso/a puede buscar mejoría sintomática en el alcohol y otras sustancias, y no es raro que se produzca el abuso de éstas. Tampoco es extraño que la ansiedad crónica provoque en el paciente una desmoralización que puede dar lugar a la coexistencia de síntomas depresivos. También hay mayor incidencia de enfermedad psicosomática en individuos que padecen ansiedad sostenida. La detección precoz de los trastornos ansiosos y su tratamiento apropiado pueden evitar estas complicaciones.

Soluciones:

La solución más efectiva para un problema de ansiedad o estrés es encontrar su causa y tratarla, revisando qué situación ocasiona mayor preocupación o tristeza o bien si se piensa en algo constantemente. También es recomendable revisar el estilo de vida y encontrar formas sanas de manejar el estrés.

Por ejemplo: dieta equilibrada y saludable; dormir bien; hacer ejercicio regularmente, limitar el consumo de cafeína y alcohol, no consumir nicotina, cocaína u otras drogas alucinógenas, aprender y practicar técnicas de relajación o tomar descansos en el trabajo.


Para saber más:


Última modificación: jueves, 18 de febrero de 2016, 19:01