Profesionales de la salud

Profesionales de la salud

Profesionales de la salud, y especialmente en atención primaria y urgencias, son señalados por las personas con enfermedad mental como fuente de estigma. En primer lugar, porque su percepción de la enfermedad mental es parecida a la de la población general.

A veces estos y estas profesionales no logran atender ni entender a las personas con enfermedad mental cuando acuden con otros problemas de salud, lo que se traduce en una falta de adecuación del trato a la individualidad que presenta la persona. En urgencias, la influencia negativa que impone la patología les lleva a no reconocer la enfermedad física que puedan presentar o argumentan no poseer conocimientos específicos para atenderla, alertados sobre la enfermedad mental. Prefieren derivar a especialistas de salud mental, aunque el problema de salud por el que acude la persona es completamente ajeno a su enfermedad mental.

Incluso los y las profesionales que trabajan en salud mental, a menudo muestran actitudes similares hacia los y las pacientes, atendiendo a la patología y no a la persona que la presenta. Las personas con enfermedad mental y sus familiares afirman haberse sentido estigmatizados a veces por actitudes de rechazo, comentarios despectivos, consejos desalentadores o poco prácticos sobre la enfermedad, de no recibir información adecuada sobre la enfermedad o el tratamiento, e incluso de sentirse ignoradas o culpables a causa del comportamiento del o la profesional.

Los estudios señalan diversas posibles causas. Por ejemplo, una concepción poco humanista de la salud mental y la psiquiatría, de forma que se deja de considerar a la persona como un individuo para entenderla como el objeto de trabajo o de su ciencia. Los tratados de psiquiatría terminan además en innumerables clasificaciones de los trastornos mentales y el o la psiquiatra puede adoptar un estricto modelo biológico. Esto conlleva que se identifique al paciente con la patología y no se consideren o no se conozcan la subjetividad y los aspectos sociales. La persona pasa a ser “el enfermo”, “la paciente” o, en último término, “el/la cliente”.

Una causa profunda puede ser la propia estigmatización y las actitudes negativas sobre la profesión y la práctica clínica de la salud mental y la psiquiatría, aunque ellos y ellas no lo perciban. A ello se suma cierto desprestigio social: los psiquiatras han sido usualmente criticados y satirizados en los medios y considerados "los médicos brujos actuales". Parte de la población puede percibir al colectivo como distante, indiferente, en una torre de marfil y con unos honorarios elevados a los que no encuentra justificación.

Última modificación: martes, 29 de marzo de 2016, 14:06